AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Me tocó despedir al Papa Francisco en la Misa del pasado domingo celebrada en la Parroquia Meryem Ana Catholic, aquí en Turquía, parroquia pastoreada por nuestro querido Fr Seraphin Ngoie Kazadi.
Compartir con Monseñor Marek Solczynski, Nuncio Apostólico y otros hermanos sacerdotes fue para mí motivo de gran regocijo, pues recordar las cualidades y virtudes de ese gran hombre que vino a sembrar la fe y a traernos la presencia del mismo Jesús, en una temporada en la que el mundo, incluyendo a la Iglesia misma, necesita una transformación exhaustiva, no de la institución como tal, sino de los hombres que la formamos, me llevó a la reflexión profunda.
El Papa Francisco fue un gran hombre, con sus virtudes y errores, con sus muchos aciertos, y fallos, que lo hacían más humano y lo acercaban más a Dios, siendo un fiel representante de la Iglesia, predecesor de San Pedro y elegido por el Espíritu Santo para cumplir su misión de pastor, guía espiritual y luz para el mundo entero.
Al Papa Francisco muchos lo querían, pero para recordarnos al mismo Jesús, muchos lo rechazaban, lo criticaban, lo juzgaban, al final siempre he dicho que, si a Jesús que fue el mismo Dios, lo crucificaron, humillaron y juzgaron, que no harían muchos, contra quienes, como el Papa Francisco fueron elegidos para cumplir con la misión de Glorificar a Dios en esta tierra. Definitivamente que no podemos pretender caerle bien a todo el mundo.
Una solemne Misa, con un coro de voces angelicales extraordinario, una muy sentida homilía y un público de feligreses, quienes participaron con un gesto de recogimiento, amor y humildad, pero muy seguros del destino del Papa Francisco y del lugar que ocuparía en el Reino de los Cielos.
Víctor Martínez, daba gracias a Dios por el Papa Francisco y pedía por el futuro de la Iglesia, por mi país Dominicana y como siempre, por los Miembros de mi Comunidad de Amor.
En paz descanse nuestro querido Jorge Mario Bergoglio, quien eligió el nombre de San Francisco de Asís para su investidura, santo que vivió en la pobreza, humildad y amor por la creación, quien resumía su vida en esta famosa oración, que, todos debemos elevar hoy con devoción, en memoria del Papa:
“Oh, ¡Señor!, hazme un instrumento de Tu Paz. Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe. Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
¡Oh, Maestro!, has que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es dando, que se recibe; perdonando, que se es perdonado; muriendo, que se resucita a la Vida Eterna. Amén”.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestro exalumno muy agradecido.
Hasta la próxima.
