En la guerra Israel-EE.UU. contra Irán… ¿mentir importa?
Trump se lanzó al abismo con Israel a cuestas, Irán resiste, y el mundo tiembla

Al asumir sin rodeos la defensa total de Israel y sumarse de lleno al combate contra Irán, la administración del presidente Donald Trump cometió un error colosal… o protagonizó, por accidente, un milagro geopolítico que nadie esperaba.
Los bombardeos lanzados sobre supuestos centros de armas nucleares en Irán apenas dejaron daños menores, según los propios expertos iraníes. Nada de lo que Estados Unidos vendió al mundo como un “golpe quirúrgico” logró sacudir la estructura militar o política del régimen de Teherán.
Y el costo político ha sido brutal: tras la intervención militar, el nivel de rechazo contra Trump se disparó más del 50% dentro de EE.UU., y en algunos países su imagen cae por debajo del 36%. El líder republicano, lejos de consolidar poder, parece navegar hacia una tormenta interna y externa sin precedentes.
Mientras tanto, en Irán, el ayatolá Ali Jamenei —no «Amapola», como algunos burlescamente le llaman— ya prepara la sucesión del poder, asegurando la continuidad del régimen. Pero no se quedó ahí: las fuerzas iraníes aplastaron varios centros de mando israelíes en una ofensiva que tomó por sorpresa a Tel Aviv.
Y a propósito del régimen sionista, la censura mediática es absoluta. La prensa extranjera y local está bajo represión y amenazas. La democracia israelí, tan cacareada en los foros internacionales, hoy se tambalea entre el miedo y el silencio.
Hace apenas un mes, Israel parecía un Estado funcional. Hoy, su población se esconde en estaciones subterráneas del metro, como si vivieran en una ciudad bombardeada. Es una nación blindada… pero acorralada.
El capital sionista en Estados Unidos —poderoso, influyente, implacable— ha arrastrado a Trump a una guerra que amenaza con convertirse en su propio naufragio político. En los últimos días, el gobierno de Benjamin Netanyahu ha perdido fuerza, luciendo cada vez más reactivo ante los ataques iraníes, que ya no solo resisten, sino que devuelven el golpe con mayor intensidad.
Desesperado, Trump ordenó bombardear tres supuestos depósitos de armas estratégicas en Irán. Pero si esos puntos hubiesen sido reales y efectivos, ¿cuántos contaríamos hoy entre los sobrevivientes?
Y entonces la gran pregunta:
¿Sin el apoyo ciego de Washington, hacia dónde se dirige esta guerra?
Porque si mentir ya no importa, entonces estamos más cerca del abismo de lo que creemos.