¡Griterío por los apagones! Quejas en todo el país

Buenos días…

El pueblo está al borde de la desesperación: apagones, inseguridad, precios altos y un gobierno que parece sordo, mudo y ciego. La gente se siente impotente porque no sabe a quién reclamarle.

Los que vendieron su alma al diablo en las pasadas elecciones, hoy están llorando más que todos. ¿Querían “cambio”? Pues ahí tienen su respuesta.

Mire, si usted votó por el PRM convencido o porque simpatiza con Abinader, no tiene que avergonzarse. Pero si usted fue de los que cogió cuarto y vendió su conciencia, entonces cómaselo ripiao… ¡y no se queje!

El hombre fuerte de la CONADEHU, Nelson Gutiérrez, se está blindando de pies a cabeza. El que se meta con él y con sus expedientes de corrupción, que se prepare, porque lo que viene mete miedo. Dicen que hasta un terremoto podría sentirse en el Centro de los Héroes. ¡Ayyyyy…!

Desde Miches hasta la frontera, incluyendo la capital, las quejas por los apagones llueven como aguacero. En zonas turísticas, como Puerto Plata y Samaná, la desesperación es tal que un empresario –de esos que se hicieron millonarios de la noche a la mañana– dijo que odió y maldijo a Danilo el del PLD, pero que ahora el PRM lo está “reivindicando”… ¡porque gobierna peor! “Es que no saben gobernar”, gritó.

Cuando a la gente le preguntan: ¿qué te parece este gobierno de cinco años de Abinader y el PRM? La respuesta es corta y filosa: “Lo que está a la vista no necesita espejuelos: apagones, inseguridad, precios altos, caos y mentiras. ¿Y quieren más? ¡Qué vergüenza!”

Mientras tanto, cuatro dominicanos requeridos en Estados Unidos decidieron irse voluntariamente para enfrentar sus procesos en territorio del “Tío Sam”: Ricardo Cruz Ortiz, Stalin Alexander Valdez de los Santos, Yenssy Darines Cruz Ortiz y André Ramírez (alias Andrés Ramírez, alias Luis Ernesto Pérez Dipegal). Los demás que anden huyendo, que se vayan en paz también.

Una ciudadana nos dijo algo que muchos piensan: parece que la FAO vive bajo aire acondicionado. Que vengan a los barrios a ver lo que pasa: una libra de pollo que hace cinco años costaba menos de 35 pesos, hoy está entre 80 y 125. La funda de 10  libras de arroz subió casi 100 pesos. Aquí la miseria no está en los informes internacionales, está en los colmados y en los bolsillos vacíos de la gente.

Leonel Fernández, con ironía, dio en el clavo: no hay que ir muy lejos para ver la realidad. Basta con pasar por Moca y Licey al Medio para comprobar lo que cuesta el pollo.

Por cierto, recordamos que hace unos cuantos meses, Leonel invitó a Abinader a recorrer juntos el país, para mostrar obras hechas durante sus gobiernos y que él, como presidente actual, exhibiera las suyas. ¿Respuesta de Abinader? Ninguna. ¡Qué miedo!

Aquí todo está peor que hace cinco años: hambre, hospitales en abandono, medicinas intocables por los precios, inseguridad rampante y apagones interminables. Y la corrupción, como el primer día. El famoso “cambio” resultó ser cambio de reversa.

Y ojo: nosotros creemos que Abinader no es corrupto. Pero como no hace nada contra la corrupción, se convierte en cómplice por omisión. Y en seguridad… ¡un fiasco total! No ha tomado el toro por los cuernos.

En el caso Guzmán Peralta vs. Nelson Gutiérrez, si Abinader deja que el proceso siga su curso, sin violar la ley ni apadrinar a nadie, su pupilo quedará noqueado en segundos.

Vimos a Nelson Gutiérrez cargando un saco de documentos sobre la espalda. Nos dijo que ahí llevaba el expediente de la DIGESETT, una auditoría hecha por la propia Policía, y dijo que agregó hasta un caso de violencia de género del 2010. Y ojo: los maltratos a mujeres nunca se borran. Quien los cometió, carga con esa cruz para siempre.

¡Oíste, Guzmán Peralta! Caíste en un gancho al desafiar a Nelson Gutiérrez!