Trump firma proclama presidencial que pone torniquete a refugiados

WASHINGTON.- El gobierno de Donald Trump aplicó un nuevo torniquete para frenar la llegada de refugiados a Estados Unidos, al bloquear los pedidos de asilo para los extranjeros que ingresen al país de manera ilegal, en respuesta a las caravanas de migrantes que avanzan desde América Central.
«La gente puede entrar, pero tiene que entrar por los puertos de entrada», justificó ayer Trump, luego de firmar una proclama presidencial que puso en marcha la medida. La nueva política de la Casa Blanca es la última movida del mandatario contra el ingreso de refugiados a Estados Unidos.
El gobierno ya había reducido el cupo anual de refugiados a 30.000 para el año fiscal actual, un piso histórico desde que el Congreso pasó la ley de refugiados en 1980. El último año fiscal, el gobierno le dio luz verde a las solicitudes de asilo de unos 21.000 refugiados.
Bajo la nueva política, los extranjeros que quieran solicitar asilo todavía podrán hacerlo, siempre y cuando se presenten en los puertos de entrada al país antes de ingresar, y no tras cruzar la frontera sin permiso.
Trump firmó la proclama con la nueva orden tras varias de semanas de arremeter contra unos 7000 migrantes repartidos en caravanas en el sur y el centro de México que avanzan hacia la frontera.
El presidente también envió unos 5200 efectivos de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la frontera y asistir a los agentes fronterizos en tareas logísticas, una movida que sus críticos fustigaron al considerarla una movida electoral antes de las elecciones legislativas del martes pasado.
Funcionarios de la Casa Blanca justificaron el cambio al afirmar que el país enfrenta «una crisis sin precedentes» en el límite con México. Los arrestos en la frontera aumentaron este año, debido en parte a la rampante violencia que azota al llamado al «Triángulo del Norte», que integran Guatemala, Honduras y El Salvador.
Tres organizaciones civiles lideradas por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés) presentaron una demanda federal en contra de la proclama de Trump.
«La nueva prohibición de asilo del presidente es ilegal. Ni él ni los secretarios de su gabinete pueden anular los mandatos claros de la ley, pero eso es exactamente lo que están tratando de hacer. Esta acción socava el Estado de Derecho y es un gran fracaso moral porque trata de quitarle la protección a las personas que enfrentan la persecución», dijo Omar Jadwat, director del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU.