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Francia respira por herida

 

Intervenir en los asuntos internos de los países grandes e incluso, de la iglesia, se ha convertido en el pan nuestro de cada día.

Ahora, en un caso que huele a ridiculez, Francia está acusando a Italia de inmiscuirse en sus asuntos internos, al reunirse con los del chaleco amarillo en su propio suelo.

Nos preguntamos ¿acaso ignoran las autoridades francesas que al fijar posición en cuanto a la crisis en Venezuela no es intervención?

Arrastrar a otros países y comprometerlos con sus deseos, es una vieja práctica de Estados Unidos, y el golpe publicitario y condena al gobierno de Maduro, no sería la excepción.

Aunque durante la guerra de Vietnam, Norteamérica encontró resistencia hasta en su propia nación, al igual que en Nicaragua, Cuba y otras naciones, se siguen aferrando a contaminar.

Asimismo, en el curso de la segunda guerra mundial, Estados Unidos trató de que el pontífice formara parte de una conferencia para buscar la paz.

Tras preguntar los soviéticos que cuántos hombres tenía el Papa bajos armas y responderle que ninguno, fue descartado para formar parte de la cumbre.

Ahora, ante una Francia cuna de grandes escenarios de lucha por las libertades, prácticamente arrastrada por la administración de Donald Trump, se entromete en el caso de Venezuela, mientras acusa a Italia de intervenir en sus asuntos.

Al meter Francia las narices en Venezuela, ahora para sorpresa, se queja por la injerencia de Italia en sus asuntos, dando a entender estar vomitando su propia medicina.

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