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Roberto y su amor al trabajo

Inusualmente nos sorprendemos al observar el modo como ciertas personas, preñadas de limitaciones, logran subsistir en una sociedad preñada de corruptos.

Se trata de Roberto Capellán, un verdadero padre (y también madre) que, pese no tener el sentido de la vista, es un trabajador real.

Entre él y su cría, van por ese gran escenario de la vida, recogiendo cartones, botellas, votando basuras… trabajando.

Empujando un triciclos por las empobrecidas barriadas, y guiado por la vista de su ya adolescente, Roberto Capellán se adentra al mundillo de sus iguales en la pobreza, ignorando el pasado y el futuro y vivir su presente.

Mariasela, en su especial espacio televisivo, y mediante un esfuerzo de voz, sensibilizó a oídos receptivos para producir una ligera mejoría en la vida de un trabajar que nos llena de orgullo.

Posiblemente con las inversiones en gastos para dieta de 4 legisladores, no habría la necesidad de pedir para ayudar.

Mas, parecería que la ¡suerte? de Roberto Capellán, pese a sus limitaciones visuales, se encontró con una luz que le permitirá dar un paso fuera del mundillo donde ha estado.

Instalado en su nuevo hogar, obtenido gracias a oídos de personas que quizás prefieren dejar caer boronas ante que la corrupción se lleve el todo.

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