REFLEXIONES: Signos y prodigios de Dios

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Un mensaje claro en la Palabra de Dios, de por qué el Señor ha permitido lo que nos está pasando:
Isaías 65: “Esto dice el Señor: «Miren: voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocíjense, alégrense por siempre por lo que voy a crear”, entonces nos habla de alegría y júbilo para su pueblo, de que ya no se oirá ni llanto ni gemido; ni habrá niños que duren pocos días, ni adultos que no colmen sus años. Dice: “Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos”. Pienso que el Padre quiere nuevos hogares, mejores frutos, unidos, en paz, con tiempo para sus parejas y para sus pobres hijos, que viven solos, como huérfanos.
El salmo 29, de hoy: “Te ensalzaré Señor porque me has librado, sacaste de mi vida el abismo, me hiciste revivir, todo esto porque su cólera dura un instante, su bondad de por vida, al atardecer nos visita el llanto, pero por la mañana el júbilo.” Nos rebela con esperanza el final de nuestros sufrimientos, pero reclamándonos en el evangelio de san Juan 4: “Si no ven signos y prodigios no creen”.
Lo triste, mis queridos hermanos es que, si no vemos los signos de Dios, en todo lo que nos está pasando en el mundo, y no nos doblegamos con humildad ante Él con un cambio de actitud, jamás veremos los prodigios.
Víctor Martínez te pregunta: ¿Estás dispuesto?
Hasta la próxima.