La manada siguió al guía
Por Augusto Álvarez
Durante el primer día de iniciarse en actividades políticas, optar por la presidencia, Donald Trump se apoyó en la plataforma de Twitter para autopromoverse.
Al entrar a la Casa Blanca, ya mandatario, el presidente Donald Trump, decidió seguir tuiteando e ignoró a los periodistas para comunicarse.
De inmediato, la casi totalidad de los gobernantes, y hasta mediocres personajes, siguiendo al buen pastor, adoptaron el tuiteo.
El explicar lo que tal o cual político quiere hacer saber, evita incomoda pregunta de un periodista o un medio que trabaja de modo vertical, pero llega un momento, en el talento del comunicador, se va la fuente del tuitero, y se adelanta a lo que el emisor cocina.
En el caso particular de República Dominicana, quizás tres relaciones públicas sigan siendo la voz de las instituciones, y los restantes ministerios ¿qué de sus periodistas?
Posiblemente, muchos comunicadores vegeten la necesaria y contagiante música de los avances tecnológicos y el de la corrupción, y hasta es posible que ambas a la vez, es decir, la del twitter, tal como hiciera Donald Trump, y ahora busca aplastar dicha plataforma.
Ciertamente, el periodista de hoy, requiere ir dando el salto de lo análogo a lo virtual, aunque cuidado, sin arrastrar al mundo de la ciberealidad, la parte podrida y asqueante de un pasado análogo.
