REFLEXIONES: Un sábado diferente

Hola, amigos, ¿qué tal? Es sábado en la tarde, me paro en la ventana a contemplar la soledad de las calles en medio del silencio y la quietud.
Podría sentir ira por la impotencia de estar encerrado, sin embargo, la he convertido en serenidad, podría extrañar las actividades propias de un sábado en la tarde, tal vez estaría gastando gasolina, comprando cosas innecesarias, bebiendo con amigos, compartiendo sanamente, ¿por qué no?
He decidido desde mi ventana ver la vida a través del cristal color rosa, observo los gatos del vecindario correteando, las escasas aves que pasan felices respirando aire puro, pero, como no hay mucho que ver, decido volver a mi niñez y empezar a leer qué me dicen las nubes, al parecer de niño era más creativo pues no me dijeron nada.
Oigo música, reviso los chats, evito la cantidad de porquerías, mentiras y falsas noticias que nos envían y decido entonces leer un poco. Todo esto para no entrar en meditaciones profundas que cuestionen mi accionar.
Las meditaciones, oraciones, introspecciones tienen su hora, por tanto, hay que llenar el tiempo, abro la nevera, ya saben para qué, vuelvo a la compu y antes de que me amarre la serie en cuestión, quise escribir este mensaje de amor.
Víctor Martínez no se va a angustiar, ni se va a estresar, ni va a sufrir de ansiedad, hay que aprender a cogerlo como venga, y aprovechar para cultivar la espiritualidad.
Ahora, al terminar, me pongo a inventar cuáles son las próximas actividades que llevaré a ustedes para hacerles la vida más placentera. Así fue mi sábado.
Hasta la próxima.