REFLEXIONES: Seamos árboles frondosos
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Las lecturas de hoy de la Iglesia Católica, nos confronta con la naturaleza, comparándonos con la vida de un árbol.
En Ezequiel, por ejemplo, nos dice: “Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.”
Es este un gran llamado a todos aquellos que se creen grandes por tener cosas materiales, que son pocos humildes, y piensan que por vivir en una vida de abundancia son mejores que los demás.
Luego el salmo 91, nos recuerda que es bueno dar gracias al Señor, que debemos serle fiel, actuar sin maldad, proclamando su misericordia, para que tengamos una vejez próspera y saludable.
Y todo esto, cómo nos dice san Pablo, “porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.” Óiganlo bien.
Seamos pues, cómo nos dice san Marcos 4, en el evangelio de hoy, como una semilla de mostaza, pequeños, humildes, para que el Señor nos pueda convertir en árboles frondosos y robustos, que demos buenos frutos, capaces de acoger y de anidar, a quienes necesiten de nuestra sombra.
Víctor Martínez te desea un feliz domingo junto a tus familiares, lleno de bendiciones.
Hasta la próxima.
