Una voz de mando: «Te vacuna o te vacunamos preso»
De extrema derecha o de izquierda, quien asume la defensa de garantizar la salud del pueblo, amerita ser observado en su justa dimensión.
«Puedes elegir, la vacuna o haré que te arresten y te la pongan en el trasero (la nalga)», ha dicho el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte.
El coronavirus golpea en varias direcciones, y para detener sus embestidas, se requiere de un ejercicio gubernamental de manos duras, pues sólo mediante la imposición de las reglas sanitarias, se podrá garantizar la salud colectiva para regresar a la normalidad.
Con una población que bordea los 109 millones de habitantes, la vacuna constituye un regalo de vida, y exponer a la población a que el letal virus se extienda, sería una gran debilidad de un mandatario.
La disposición del mandatario es lo que más se aproxima al tabaco de Johnny Ventura, es fuerte, pero hay que aceptarlo porque salvaría la vida.
Algunos medicamentos resultan difíciles de digerir, pero al final podría salvar la vida, de ahí que si el mandatario filipino logra frenar el avance del Covid-19, entonces debe ser reconocida la vida, pese a lo odiosa que luzca el mecanismo para lograrlo.
¿Qué impide asimilar a los apresados que en abierto desafío al protocolo sanitario sean vacunados por las autoridades nacionales, o el populismo es más saludable?
