REFLEXIONES: Dialogando con la muerte
 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA Â
Hola amigos, ¿qué tal? Llamamos muerte al fin último de la vida en la tierra. Es este un tema que no gusta a muchos, pero he querido compartir con ustedes mi conversación con la muerte.
Hola muerte ¿cómo estás? Hola, bien, ¿y tú?
Gracias a Dios muy bien siempre. Ahhh ¿tu conoces a Dios?
Claro que sÃ, ¿por qué? Pues porque te va a ir mejor cuando yo venga a buscarte.
ExplÃcame eso muerte. Yo soy un siervo de Dios, existo para ayudarlo a reencontrarse con sus hijos de la tierra, después que ustedes cumplan con su misión asignada.
¿Y por qué la gente te tiene tanto miedo, respeto, no les gusta tocar el tema de tu existencia? Pienso que, por el misterio que hay tras mi llegada, ni la ciencia, ni la religión, ni los grandes maestros, nadie ha podido descifrar este momento de la vida del ser humano.
Muerte, ¿y por qué no me das una primicia y en esta entrevista me revelas algo? Porque, si lo hago, tendrÃa que llevarte en este momento conmigo, y aunque tú eres de los que crees en mejor vida cuando te toque, estoy seguro de que no te querrás entregar.
Si, si, dejemos eso para otro momento. ¿Por qué siempre te representan ligado al miedo, al cementerio, al esqueleto humano, nadie quiere conocerte, ni sentirte, te ven como algo fantasmagórico?
Bueno, eso viene desde muy antiguo y tendrÃamos que enfocarlo desde el punto de vista esotérico, antropológico, filosófico, religioso, yo soy muy famosa como muerte y no creo que tu tengas mucho espacio aquà para hablar de mÃ.
Ok, tienes razón, solo dime ¿qué hay de verdad entre el alma y el cuerpo, en que tú te llevas el alma y dejas aquà el cuerpo?
Toda la verdad, ese cuerpo que ustedes tanto cuidan, toda esa belleza que los hace creerse los mejores, que los convierte en personas poco humildes, ese cuerpo en el que gastan millones de pesos, en prendas de vestir, cirugÃas y otros enseres banales, durante la vida, podrÃa salvar la vida de miles de niños desnutridos que mueren a diario de hambre en el mundo.
Al final todos van a parar en el mismo estado de descomposición y no se podrán llevar nada de esas cosas materiales, sin embargo, quienes alimentan el alma de amor, haciendo el bien, ayudando, comportándose según los designios del Padre y cumpliendo fielmente con su misión de hijos de Dios, tendrán un hermoso tránsito que vencerá los miedos en el momento de partir.
Muerte te voy a pedir otra entrevista, pues son muchas mis inquietudes que debo despejar frente a ti.
Suelta eso, que no es bueno mi querido VÃctor MartÃnez, sigue cumpliendo con tu misión y espera tu dÃa con paciencia que a todos les llegará.
Me despido hasta la próxima, amigos, que definitivamente, al parecer, a la muerte hay que tenerla de lejitos.