REFLEXIONES: Vamos a orar sin cesar
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? La oración es la forma de comunicarnos con Dios, creando una relación estrecha, es amar a Dios, dejándonos amar por él. La oración es de dos vías, nosotros nos comunicamos con Dios, pero Dios también se comunica con nosotros, dándonos sabiduría, capacidad de discernimiento, guiando nuestros pasos. Al estar conectados con él, creamos una relación fuerte de amistad, de paternidad, que tanto necesitamos.
Para lograr esto tenemos que aprender a reflexionar y a meditar con profundidad, a calmarnos logrando ese estado de quietud, de profundidad interior que nos llevará a conectar con el Creador.
Tenemos que hablarle, que buscarlo, que escribirle, que aprender a escucharlo, hablarle de nuestros problemas, de nuestras tristezas, de nuestras alegrías, de nuestras esperanzas, de nuestras metas, de todo lo que acontezca en nuestras vidas. Todo esto podemos acompañarlo de la música, canciones, de la danza, las alabanzas…
Decía Santa Teresa de Calcuta que “las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos”.
Orar sin cesar es orar sin descanso, es orar sin desmayar, es orar todo el tiempo, sumergiéndonos en su presencia, en su ser, en su esencia. Orar sin cesar es ponerlo todo a los pies de Dios e implorarle a Dios que se encargue de nuestros asuntos por completo, pero infundiéndome su gracia para accionar.
Víctor Martínez te recuerda que la Biblia está llena de versículos expresando que tenemos que orar, y aún más en el libro 1 Tesalonicenses 5, específicamente nos dice que tenemos que orar sin cesar.
Oremos desde que nuestros ojos se abren, mientras nos preparamos, mientras manejamos, mientras caminamos, al ingerir nuestros alimentos, al iniciar nuestra jornada de trabajo o estudios, Dios siempre te estará acompañando y respondiendo.
Hasta la próxima.
