REFLEXIONES: Un salmo milagroso
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Ayer mientras caminábamos me hablaste de tus necesidades y carencias, de lo inquieto que estabas, cansado de luchar y sin fuerzas.
Me comentaste de tus temores y de lo oscuro que en ocasiones veías tus caminos, cómo en el lugar de trabajo, la envidia de algunos, la mediocridad de muchos, no te dejaban cumplir con tu deber de manera adecuada, pues actuaban como si fueran tus adversarios.
El estrés te estaba acabando, la ansiedad y la falta de paz, al extremo de que estaba ya afectando tu hogar.
Víctor Martínez te dio algunas sabias recomendaciones, sabias no por que salían de mí, sino porque venían de lo alto, a través de la Palabra de Dios.
Hoy, el salmo 23 cae de maravillas, por eso te invito a que mientras caminamos, lo hagamos en voz alta, lo interioricemos en nuestros corazones y lo dejemos grabado en el subconsciente:
“El Señor es mi pastor, nada me falta, en verdes pastos me hace reposar; y donde brota agua fresca me conduce, fortalece mi alma, reparando mis fuerzas, por el camino del bueno me dirige, por amor a su nombre, aunque pase por cañadas muy oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, tu bastón y tu vara me protegen, me sirves a la mesa frente a mis adversarios, con aceite tu perfumas mi cabeza y rellenas mi copa, me acompañan tu bondad y tu favor, mientras dura mi vida, mi mansión será la casa del Señor, por largo, largo tiempo.”
Es este un salmo milagroso, toda mi vida lo he hecho cuando me levanto pidiendo protección a mi Padre, fortaleza espiritual, para enfrentar todos los contratiempos que se presenten y a todas las personas que me quieran dañar. Hoy te invito a que lo hagas tuyo, lo repitas una y otra vez cada mañana y recibas las bendiciones y las respuestas que Dios siempre te dará.
Hasta la próxima.