FF.AA., sus finanzas y crisis haitiana

Por Augusto Álvarez
La excesiva demostración de fuerzas exhibida por los mandos militares nuestros, en la frontera común con Haití, cuando la delincuencia se desborda en el vecino país, amerita una explicación lógica.
Los recursos en la protección de la línea divisoria no se corresponden con los secuestros y excesos de las bandas de delincuentes que controlan al otro lado de la frontera.
[El diplomático dominicano Carlos Guillén Tatis, agregado agrícola y comercial de la embajada República Dominicana en Haití, fue liberado sano y salvo, en horas de la madrugada de este miércoles, informaron fuentes de la Cancillería dominicana.]
¿Cuál es la razón de mantener un diplomático para asuntos agrícolas en Haití, donde únicamente florece el crimen, el terror y falsas creencias.
La captura y secuestro del diplomático Carlos Guillen Tatis, por quien los pandilleros exigen 500 mil dólares para liberarlo, constituye un grito de alerta para que se multipliquen los esfuerzos para liberarlos.
¿Cuántos camioneros han sido secuestrados en Haití por bandas armadas de bandoleros y cuáles han sido los resultados?
Se recuerda que un grupo de religiosos de Estados Unidos fue secuestrado en Haití, y pese a que Washington envió expertos agentes, nada pudo para rescatar a sus ciudadanos.
Y si los gringos no pudieron estando dentro del propio Haití, ¿quién está en capacidad de lograr rescatar a Tatis? ¿Las tropas élites de nuestro Ejército en éste lado de la frontera?
El mantenimiento de las fuerzas militares en la divisoria, además de los recursos invertidos, es más turismo interno que otra cosa.