Haití es un ‘volcán’ a punto de explotar
Su capital, un campo de batalla entre pandillas criminales
PUERTO PRÍNCIPE
Haití vive una pesadilla histórica, desde el ruin asesinato del presidente Jovenel Moïse, la madrugada del 7 de julio de 2021.
El magnicidio fue perpetrado por haitianos y colombianos en su casa de Pétion-Ville, un sector de Puerto Príncipe, donde también resultó herida su esposa.
Las investigaciones sobre este crimen siguen estancadas, no logran despegar, ya que las llamadas autoridades haitianas, algunas de ellas señaladas como responsables intelectuales de este magnicidio, entre ellos el propio primer ministro de factor Ariel Henry, que hoy cumple un año en el gobierno, parecen no preocuparse de esa situación.
Horas después del magnicidio de Moïse, Haití se ha convertido en un infierno, temido por nacionales y extranjeros, donde dominan las bandas criminales y los secuestros, asaltos, asesinatos e inflación, dominan el escenario.
Son miles, cientos de ellos en las últimas dos semanas, los ejecutados en Haití por miembros de bandas criminales, que mantienen el control de casi todo el país, principalmente las zonas y localidades cercanas a la capital, Puerto Príncipe.
Gobierno y Policía temen a los criminales, porque no han sido capaces de enfrentarlos.
Los enfrentamientos entre cuadrillas han inmovilizado y ensangrentado gran parte de Puerto Príncipe, cuya población sufre una inflación desenfrenada, histórica, con una alarmante escasez de combustible, y hasta de agua.
Cité Soleil, un barrio pobre y densamente poblado de Puerto Príncipe, ha sido escenario en los últimos días de crímenes y asaltos, y donde los tiroteos no cesan, ocurren a cualquier hora del día o la noche.
Allí hay choques entre pandillas de criminales rivales, que se disputan el control de la población, con una Policía cómplice, que permanece al margen o tiene miedo de accionar.
La semana pasada, en Cité Soleil hubo unos 89 muertos, 16 desaparecidos y 74 heridos por balas o armas blancas, de acuerdo a reportes hechos por la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos.
Se han reportado, igualmente datos de lugareños, víctimas de balas perdidas, dentro de sus precarias viviendas.
Últimamente, las bandas criminales han intensificado sus actividades criminales, y según los Derechos Humanos, sólo en junio se registraron unos 155 secuestros.
Desde esas zonas, se dijo, muchos haitianos huyen a República Dominicana o Estados Unidos, donde llegan por cualquier vía, con mayor facilidad al vecino país, a través de la frontera común.
A Estados Unidos es más difícil, pues arriesgan su vida abordando embarcaciones improvisadas con la esperanza de llegar a Florida, hoy en día, cientos de haitianos están varados en las costas de Cuba o las Bahamas, mientras que decenas de ellos, retenidos en el mar por la Guardia Costera de los Estados Unidos.
En junio, más de 1.200 inmigrantes ilegales fueron devueltos a Haití, según estadísticas de la oficina nacional de migración.
En Haití no hay seguridad y la gente teme que en poco tiempo, de no aparecer un salvador, reine la época del más fuerte o el país quede en manos de criminales.
