La arenga liberó los gatillos en pausa

Por Augusto Álvarez
Cualquier muerte violenta, acto delincuencial o medida que se ejecuten en una administración política, afectan la imagen del presidente de turno.
Por ejemplo, si la lucha contra la delincuencia y la criminalidad rinde buenos resultados, el pueblo respalda la labor oficial, y desde luego, es un logro del Presidente.
Sin embargo, si la autoridad da rienda suelta a quienes saben manejar los gatillos para reprimir eventos pacíficos, entonces, el responsable de esa acción es el gobierno, el Presidente de turno.
El inocente, es decir, Donaly Martínez, no estaría muerto, no hubiese caído baleado en medio de un carnaval, de no estar en el lugar las fuerzas letales, que son deben ser utilizadas en zonas de alta peligrosidad.
Allí no había nada, en ese momento, que constituyera un peligro para la seguridad nacional, que por cierto, está muy limitada en la actualidad, pues hay más inseguridad que seguridad.y lo que ocurrió en Santiago, es un ejemplo de ello.
Quien envió al equipo Swat, un grupo élite dentro de la Policía Nacional, a una actividad cultural, que no representaba ningún peligro para la sociedad, falló, y es tan responsable del hecho sangriento que ocurrió, como el mismo agente que disparó a mansalva y acabó con la vida de un niño de apenas 12 años de edad.
Si el padre del niño estaba embriagado, se rebeló contra los agentes, o cual sea las excusas que ahora tratan de buscar, para opacar la sangrienta actuación policial, es bueno señalar que los integrantes del equipo Swat están entrenados para reducir a la obediencia a cualquier persona, sin necesidad de utilizar un arma de guerra en una actividad religiosa, cultural o deportiva.
La arenga del presidente Luis Abinader a la Policía Nacional para enfrentar la delincuencia, en cierto modo, ha desatado las manos atadas de los gatillos alegres.
Qué la reacción del padre incidió en el desenlace fatal, y la pregunta, un policía élite ante un hombre desarmado ¿por qué usó el arma?
Recuerdan al prisionero transportado en un vehículo policial, y ejecutado; el caso de la parejas de religiosos en Villa Altagracia, la arquitecta en Boca Chica, así como los dos supuestos o reales delincuentes, que luego de “auto ejecutarse”, se colocaron ellos mismos las armas en sus pechos.
¿Qué opinan el presidente Abinader y el director de la PN de los gatillos alegres que actúan al calor de la impunidad?
El presidente Abinader sabe que ejecuciones como las ocurridas en San Francisco de Macorís y el vil asesinato del niño Donaly Martínez, caerán sobre sus hombres, son crímenes de su gobierno.