Reflexiones: Celebremos la vida y el amor
Hola amigos, ¿qué tal? Matrimonio, promesa de amor, amor para siempre y para todo, sin límites. Generosidad y entrega mutua. Gratuito y sin pedir nada a cambio.
Así empezamos y así debemos terminar hasta que la muerte nos separe. Es un amor capaz de crear vida y aunque a veces pierde fuerza, se cometen errores y no siempre es fiel, la promesa de los esposos es un signo de que vale la pena seguir persiguiendo ese ideal tan difícil de conseguir. Por esto para todos los que participan en una boda, ésta es siempre una celebración de la vida y el amor.
Jesús decide comenzar su vida pública participando en una boda y alargando sin límites la alegría de los participantes.
Convierte una gran cantidad de agua en vino, el mejor vino.
Su presencia trae a la boda la fiesta humana por excelencia, la fiesta de la vida, la presencia del vino mejor es la mejor señal de bendición para la vida y el amor que celebraban aquellas familias. El vino mejor es el signo de que la vida que nos trae Jesús vence a la muerte.
Víctor Martínez te exhorta a beber del mejor vino, pero en compañía de tu pareja y con la presencia de Jesús entre ustedes, así recordarán siempre el gran significado e importancia de tener al Padre como centro de sus vidas.
Viva la vida, viva el amor, viva el matrimonio, viva el buen vino y viva Jesús en nuestros corazones.
Hasta la próxima.
