Reflexiones: Tocaste mi puerta
Hola amigos, ¿qué tal? Un día tocó mi puerta, como muchos, y con lágrimas en los ojos, por los reproches de su madre, quedó solitario frente a mí.
Le dije: “si me dices la verdad, te doy una oportunidad, si no, la pierdes, como quiera averiguaré en tu colegio qué pasó,” me respondió: “director la verdad es que fui expulsado del colegio no sólo por fumar, sino también por consumir, mi mamá no se lo va a decir.” Me contó además los grandes problemas de su hogar.
Hice mi acostumbrado trato, “nadie lo tiene que saber, te daré una oportunidad, pero si me traicionas y fumas o consumes aquí, correrás la misma suerte.”
Las promesas no faltaron, era un pacto de caballeros, el cual yo debía recordar todas las semanas, dando seguimiento de cerca a mi alumno y exigiéndole mejorar sus calificaciones y su comportamiento.
La magia estaba hecha, yo era su amigo, le brindaba mucho amor, me preocupaba por él, me convertí en su sombra dentro y fuera del colegio, no le quedaba de otra, hasta que la obra llegó a su final.
Lo gradué de bachiller, después de un buen retiro espiritual, y la intercesión de mi gran equipo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, emprendió su vuelo, hoy es un exitoso profesional de los que al verme abren sus brazos con un eterno agradecimiento.
Así se manejaban las cosas en el Colegio de Víctor Martínez.
Hoy, ellos, al igual que tú, me ayudan a salvar una vida.
Hasta la próxima.
