ACTUALIDADCUARTELESNACIONALES

“La Falacia” está asustado; temblando dijo temer por su vida

SANTO DOMINGO ESTE, R.D.- Tembloroso, con lágrimas en sus ojos, Luis Alexander Lambert (La Falacia) pidió perdón a la sociedad por su participación activa en el ataque a tiros al jefe de la seguridad de los padres de la primera dama, doña Cándida Montilla de Medina.

El temible delincuente, que parecía una mansa golondrina, pidió ver a su hijo y a su mamá, para despedirse, porque teme por su vida.

“La Falacia” se entregó a la Policía Nacional, vía el Comité Nacional de los Derechos Humanos, que preside Virgilio Almánzar.

Almánzar recibió a “La Falacia” en su casa, y en presencia de periodistas de diversos medios, lo entregó a la Policía Nacional. Lo recibió formalmente el coronel Decena, comandante de la DICRIM en Santo Domingo Este.

En medio del enjambre de comunicadores, alguien dijo, “La Falacia” está en buen estado de salud, como presintiendo lo mismo que el imputado, que su vida está en un hilito.

«La Falacia» al momento de ser entregado por Virgilio Almánzar.

Aunque ya está preso, “La Falacia” teme por su vida y asegura que es hombre muerto.

“Me van a matar, como quiera me van a matar, yo sé que me van a matar”, expresó unas y otra vez.

Ya su cómplice en el asalto al jefe de seguridad de los padres de la esposa del presidente Danilo Medina, Osmil Eduardo García (Tiquitiqui), de 21 años, está siete pies bajo tierra.

“Tiquitiqui” murió a manos de la Policía Nacional en un “enfrentamiento” a tiros registrado el viernes, en la noche, en el sector capitalino de Guachupita.

La fría y calculadora Lisa Marina Elías García, Marinita, su compañera de fechorías, se entregó a las autoridades el sábado y explicó con lujo de detalles como actuaba banda.

Hoy un juez envió a “Marinita” a la cárcel de Najayo, en San Cristóbal, por un año, mientras el Ministerio Público prepara el expediente definitivo.

“La Falacia” confiesa que no se quería entregar, “porque como quiera me van a matar”.

“Confié en mi hermana y me traiciona, yo sabía, yo no me quería entregar”, subrayó.

“Perdónenme por favor, perdónenme”, dijo con voz temblorosa.

El vocero de la Policía Nacional, Frank Durán, le garantizó que su integridad y derechos serán respetados.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba