Aquí alquilamos vientres

Se han dicho tantas cosas absurdas, también otras que no lucen serlos.
Ejemplo, si 30 años después del ajusticiamiento de Rafael L. Trujillo, las autoridades migratorias de Estados Unidos, hubiesen implementado la prueba de ADN ¿qué habría ocurrido?
En los tiempos de la tiranía, muchos padres ofrecían a sus hijas al dictador quizás como un mecanismo de sobrevivir a la espantosa miseria, o tal vez para «enganchar» a un hermano de la víctima del Chacal de San Cristóbal.
Aquí nadie ignora el porqué del «jarro pichao”, tampoco durante mucho tiempo, norteamericanos se instalaban en Jarabacoa, en donde se ofertaban «vientre en alquiler».
Quizás buscando «protección», muchas madres eligen los uniformes, pero cuando es el hombre uniformado quien busca la fragancia y el sabor de la fruta fresca… el peligro acecha.
Cuando se visita el mercado de productores, siempre se procura lo más fresca, aunque las venduteras te oferten otra, y recuerda que guardia viejo no cae en gancho ¿por qué caer?
Parecería que los uniformes grises captan la atención de las féminas, o la inversa, que los de gris la prefieren tiernas.




