Días negros de los genios

Por Augusto Álvarez
El antiguo padre de familia, el hombre dedicado a sostener el hogar y la familia, no siempre entendió el estudio agotador de uno o más de sus hijos.
Pensando en conocer algo interesante, fuera de lo común, en un gigante, como aún se recuerda a Albert Einstein, el baúl de su recuerdo refiere.
Un padre con serias limitaciones económicas, solía molestarse al observar con frecuencia a su cría sumido en la lectura y siempre rodeado de libros.
Siempre paciente, el joven Einstein soportaba los gritos de su padre, sin responder.
Un día, el padre entendió que su hijo no sería un hombre que le ayudaría en sostén del hogar, y lo votó de la casa.
Albert Einstein, se cuenta, se fue donde una vecina, siguió estudiando… y de repente, envió su Teoría de relatividad, y obtiene el Nobel.
Regresa con él, su padre, se dijo, reclamó su regreso al hogar, y la esposa… también le había abandonado y casado.