Escándalo de doble impacto: Drogas y multas
Las sorpresas oficiales se superan así mismas, desde la «siembra de drogas» hasta la fabricación de multas por conducir a quienes, ni siquiera guían.
Después de fabricar (no una, sino varias) multas a quienes no han conducido ni una carretilla, las autoridades envían a los denunciantes a formular sus reclamos donde hasta prisioneros podrían quedar por «cuestionar» la moralidad de los agentes de tránsito.
De lo que se trata es de un «estilo» muy especial de violación de la economía de la pobreza, acción de hundir más en la miseria a quienes nada tienen.
Ahí es donde se pone a los pobres a delinquir para buscársela como leones y pagar a los sembradores de multas… y drogas, lo que lógicamente se aprecia como una política de doble impacto del oficialismo.
Naturalmente, a los violadores de la ley, a los infractores de la ordenanza del tránsito, multarlo se ajusta a la ley, pues debemos ver en dicha medida, una forma de educación a la ciudadanía.
Ahora, cuando el veneno llega a la implantación de drogas a jóvenes, pese a ser inocentes, se está enterrando en vida, la inocencia de la juventud.
La gran ventaja para los ejecutores de la ley, es la no existencia de una política de consecuencia que sanciones la corrupción e impunidad.
