Reflexiones: Vanidad y codicia

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Hola amigos, ¿qué tal? Nos dice el Señor en Eclesiastés: “Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. Esto es vanidad y grave dolencia.”
Por otra parte, nos cuestiona al decirnos “¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol si de día su tarea es sufrir y penar y de noche no descansa su mente? También esto es vanidad.”
Entiéndase la vanidad como un defecto en el que hombre cree que no necesita de Dios, que lo puede y lo resuelve todo por sí solo, aun sintiéndose vacío y con una actitud altanera.
Al final tanta codicia y “Él nos reduce a polvo”, como lo dice el salmo 89.
Es por esto por lo que tenemos que buscar los bienes de arriba, como nos dice san Pablo, no los de la tierra, y para esto “debemos renunciar a la mentira, la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.”
Es entonces cuando en san Lucas le dice bien claro a aquel que vive de codicioso, acumulando riquezas, sin ayudar al prójimo, ni compartir, ni divertirse por no gastar: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios”.
Víctor Martinez está convencido de que Dios provee cada día lo necesario para vivir, sin afanar tanto, ni perder el sueño.
Hasta la próxima.