Reflexiones: Despedida con honores
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Me tocó despedir a alguien que para mí era muy importante por haberse portado como un hermano, consejero, amigo incondicional.
El, “Embajador de los más necesitados”, de manera muy astuta e inteligente y siendo un dirigente izquierdista en los tiempos de la tiranía, supo ganarse la amistad del presidente Balaguer y servir en sus gobiernos todos, a la Patria, desde una posición privilegiada, aprovechando su cargo para salvar vidas, ayudar pobres, y enfrentando con gallardía y valentía muchas veces al presidente, lidiar en situaciones y conflictos que pudieron generar grandes catástrofes. Claro no todo estuvo al alcance de sus posibilidades.
Alfredo Mota Ruiz murió en su embajada, su hogar, donde miles de dominicanos, incluyendo varios presidentes, políticos, militares, dirigentes de izquierda, visitaban en busca de orientaciones y apoyo, acompañado de su primera dama, Catalina, noble, humilde y gran mujer.
Lo despedimos rodeado de sus familiares y verdaderos amigos, pues muchos de los antes mencionados, no asomaron para rendirle honor a su memoria o agradecer a su esposa e hijos la acogida que siempre dieron en su hogar.
Sin bandera, sin honores, sin gentío, sin política, pero con el ejército de ángeles, que, desde el cielo, derramaron sus bendiciones sobre quienes en lágrimas dábamos gracias a Dios por todos los beneficios recibidos a través de su amor.
Hoy me siento satisfecho de haber complacido a Don Alfredo quien quería morir en la humildad, rodeado de sus verdaderos amigos y en los brazos del Señor. Dios te acoja en su morada.
Hasta la próxima.
Autor: Lic. Víctor Martínez
