La honestidad de un diputado y el caliesaje telefónico

Por Augusto Álvarez
Aunque parezca extraño, el diputado que sigue las orientaciones del sector oficial, señor Manuel Díaz, es, a nuestro juicio, coherente y sincero con sus línea.
El fue el primero en decir que para modificar la Constitución y posibilitar la rehabilitación del presidente Danilo Medina, los votos estaban.
Posteriormente, para reelegir al presidente de los diputados, se unieron los unos y los otros, y ahí está Radhamés Camacho.
Discretamente, más de los que ahora formaron tienda separada, habrían votado para cerrarle el paso a Demóstenes Martínez, según cálculos posteriores.
«Yo soy el mismo», habría respondido Manuel Díaz, a quieres se extrañaron cuando él admitió haber «pinchado» teléfonos.
Sin dudas, esa vieja práctica se hereda desde los tiempos de los gobiernos del doctor Balaguer y, discretamente, sigue vigente.
Entonces, con las declaraciones de un diputado oficialista por Monseñor Noel, cuyo intermedio lo hizo la hermana del Presidente, la diputada Lucia Medina ¿por qué sorprendernos?
El caliesaje es una forma maquiavélica de hacer política, y resulta interesante cuando quienes violan la ley se sincerizan, cuando apuestan a crear maldad.