El lado oscuro de Haití

Por Augusto Álvarez
-Primera parte-
Un amigo de Uganda, al que conocimos en extraños caminos, no sé cómo logró contactarme, y sólo para preguntar y referirse a nuestros vecinos haitianos.
Sabedor del gran conocimiento que poseen muchos extranjeros de la realidad en Haití, y en la creencia de sospechar un interés oculto en los deseos del viejo amigo, solo atiné a preguntarle: ¿Por qué Estados Unidos se preocupa más por Venezuela que por nuestro vecino?
Su respuesta cortó de raíz la sospecha contenida de los criterios de muchos norteamericanos sobre Haití.
Ahí nada hay que buscar, cada pichón de tirano aspira a llevarse lo que Duvalier pudo haber dejado, nos explicó.
Tierra seca, desprovista de vegetación, montaña hoyada por las víctimas del hambre y las enfermedades, agregó nuestro amigo.
Para Estados Unidos, en Haití no hay que buscar, en cambio, la crisis al otro lado de su frontera compartida, es un gran negocio que ha hecho millonarios a muchos.
De la pobreza extrema del pueblo haitiano, florece la riqueza que da el contrabando, la corrupción hace su agosto en la parte española de la isla, nos explicó el amigo de Angola.
Ese es el lado oscuro de Haití, un lado que se blanquea al cruzar la frontera, y por grandes esfuerzos que se intenten, nada, en la actual coyuntura frenará esa corrupta industria, nos dijo.
La presencia haitiana en la parte española de la isla, nació con la República, ahí está la historia, a veces crece, otra luce estable y de repente se dispara.