La cultura y el graduado

Recientemente, alguien nos preguntaba si todos los egresados de una academia son personas cultas.
Nos esforzamos en explicar al cuestionador que hay de todo bajo el sol, algunos con el título se enganchan a un partido, y los libros de textos pasaron a formar parte de un pasado agitado.
Otros, pese a obtener el certificado de suficiencia, decidieron seguir estudiando y realizando especialidades, y hasta profesores son.
En realidad, da a los estudiantes una guía, un método de investigación, de cómo utilice dicho método, dependerá que sea un verdadero profesional.
La cultura nada tiene que ver ni con el título ni la profesión, pues existen buenísimos en medicina que trascendieron en otra área, así como abogados que nunca han mitigado un caso.
Constituye un gran paso en la dirección de seguir enriqueciendo el conocimiento, seguir tirando páginas a la izquierda, y no considerarnos un producto acabado.
En materia de cultura y de obtener un título universitario, nos complace tener muchos profesores, mientras que los maestros se quedaron en la música y faranduleros.
Y ciertamente, se agradece que ningún político haya tenido la ocurrencia de definirse maestro.