REFLEXIONES: La mentira

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Hola, amigos, ¿qué tal? Uno de los valores principales que debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños, es la verdad, a no mentir nunca.
La mentira es faltar a la verdad, es ser deshonesto, es decir lo que no se piensa, es expresar sentimientos que no se tienen, es crear vanas ilusiones, es ofrecer impresiones falsas, es ser infiel a nosotros mismos y a nuestros allegados, es temer a las consecuencias de la sinceridad, es engañar y, sobre todo, fallar a la confianza que el otro ha depositado en nosotros.
Es muy común ver en nuestros chicos cómo el temor a decir la verdad, a que se sepa la verdad, los lleva a inventar, agrandar situaciones, a tergiversar una situación, sin importar las consecuencias, y esto sucede muchas veces sin estar conscientes o por trastornos emocionales.
Lo triste es en el mundo de los adultos, ser el acusado de mentir, sabiendo el otro que no es así y tú tenerte que quedar callado, soportando el dolor de la acusación.
Víctor Martinez no olvida ese cantico escolar: “No digamos jamás la mentira, no engañemos a nuestros papás, que no hay cosa más bella que un niño, cuando sabe decir la verdad”.
Proverbios 12:22 nos dice: “Los labios mentirosos son abominación al Señor, pero los que obran fielmente son su deleite.”
Di lo que quieras, pero al Señor no lo podemos engañar.
Hasta la próxima.