Aquellos manteles solidarios
En ocasiones, las puertas de algunos hogares se abrieron, para dar entrada a importantes figuras y figurines que parecen haber olvidado, partes de su vida pasada.
No excluimos a ninguno de los que mostraron solidaridad, abriendo las puertas de sus hogares, de ahí que nos limitamos a tres hogares que a nuestros juicios y en su momento, extendieron su apoyo solidario.
Desde nuestro regreso, nos interesamos por saber de la salud del doctor Carlos Dore Cabral, también por Miguel Coco, entre otros.
[Es imposible no recordar un hogar, una dama en extremo solidaria, en el Malecón, que al igual que otros compañeros que partieron, arriesgaron sus hogares y sus manteles, sin encogimiento, e inspiraban a luchar.]
Miguel Coco, la distancia (más que su escenario final) no nos permitió estar presente el día de su partida. Sin embargo, durante los años, él nos hizo soñar con grandes tribunos que expusieron el pellejo para demostrar lo que entendían sus verdades.
En cuanto al hijo de doña Rosa Cabral, de Carlos Dore Cabral, con él caminamos largos trechos, e incluso nos adentramos desde la calle Meriño esquina El Conde, desde la Idelfonso Mella, a esas barriadas que hoy esperan que florezca la esperanza.
En alas del destino, y en tres escenarios diferentes, Carlos Dore nos hizo recordar interesantes jornadas de luchas, aún no infectadas por la sarna de la fraseología.
La última vez que me enteré, estuve cerca de Carlos Dore, él salía por la puerta grande de una universidad de Washington DC, mientras yo por la de servicio.
El llamado invisible de la oscuridad de apagones, nos ha aproximado, nuevamente, sé no podrá ir a mi encuentro, pero haré lo posible por saber del Carlos Dore, con el cual compartimos en varios tramos durante caminábamos.
¿Cómo podría olvidar los manteles solidarios, de tu hogar de la Meriño?
