Corrupción y delincuencia amenazan con tragarse al país

Embajador prologó lo que olfateó
Por Augusto Álvarez
Entonces preguntó la vecina: Dígame María que usted estaba lavando y se le acabó el jabón.
María respondió: Así como lo escuchó, por culpa de la corrupción se me acabó el jabón y no he podido ni prender el fogón.
Bueno, usted recuerda que lo dijo el embajador, claro y también cuando el número uno respondió, pruébeme la corrupción.
Óigame, María: Escuché decir, no sabe lo que podría pasar y que la corrupción trabaja para ganar…
¡Ay, Vecina! Que Dios nos libre de ese mal, porque la corrupción y la delincuencia nos van a tragar.
María, ¿y por qué cuando se habla de Odebrecht y César El Abusador, también se piensa en el procurador?
¡Ay, vecina! Aquí todos piensan, que ese angelito, simplemente, es el principal acusador.
¡Qué digno lucía Cadet cuando se refirió a Odebrecht! ¿Cómo juzga ese embrollo, señor Lidio Cadet?
María, pero buena vista tuvo el señor embajador cuando habló de corrupción…
Pero, vecina, ¿y dónde guardan prisión los implicados en actos de corrupción?
Y del que Penco, ¿qué usted cree?
¡Ay, María! Ya lo dijo el fundador del PLD, en política está lo que se ve y lo que no se ve…
Yo no sé qué va a pasar aquí, pues la gente teme hasta salir, pues la corrupción y la delincuencia se quieren tragar a mi país.