Los pobres no tienen apellidos

Cientos de personas cada vez que leen o escuchan los informativos oficiales o privados, se hacen la misma pregunta ¿el coronavirus afecta a los pobres?

¿Se trata de una enfermedad, exclusiva para la clase media en escala ascendente? Nada de eso, se trata de una pandemia, donde la prensa registra a personas con apellidos.

Y, lógicamente, como los pobres e indigentes no tienen apellidos, cualquier deceso se queda sepultado en el anonimato de su barriada, en donde ni las autoridades ni la prensa suelen ir.

En este digital no hicimos eco de un desgarrador espectáculo de personas amontonadas para recibir una de esas ayudas de las autoridades a los sectores golpeados por la miseria. ¿Alguien observó algún tipo de protección para los receptores de esos alimentos?

¿Existe algún otro mecanismo para hacer llevar alimentos oportunamente a sectores vulnerables, sin contaminar de política partidaria esa entrega?

Claro que sí, pero quien ordenó el operativo estaba interesado en que viera el bulto, y que la gente comprobara lo que siempre se ha dicho, en República Dominicana quienes ayer eran pobres, hoy siguen siendo más pobres.

Hemos observado a distancia el soporte económico de muchas naciones, a los residentes, soporte que va desde cero pagos de tarjetas bancarias, renta y servicios. ¿Podríamos hacer algo?

Hubo una época en donde se decía «con lo que se roba la Alcoa, se construyen Tavera y Valencia», quizás los beneficiarios de Odebrecht devuelvan   (¿?).