REFLEXIONES: jóvenes que no crecen
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Son tantos los jóvenes que han pasado por mis manos en busca de ayuda, miles, 50 años ayudando, orientando, educando jóvenes me ha dado la oportunidad de transformar a tantos corazones que en un momento se sintieron incomprendidos y abandonados y que gracias a la acción del Espíritu Santo a través de mí hemos podido sacarlos adelante.
Muchos son muy agradecidos, verlos convertidos en verdaderos profesionales, con familias hermosas, muy felices, es la mayor satisfacción que siento, pero como todo en la vida, algunos se me escaparon de las manos y se quedaron estancados en el mismo casete de su adolescencia, resentidos, inmaduros, algunos con los mismos vicios, fracasados, muestran incluso rechazo hacia quienes luchamos a brazo partido por su educación, con una gran dosis de amor y otra de dureza.
Esas pobres almas que siempre están a la defensiva, ya adultas, pero con los mismos comportamientos inmaduros, andan por el mundo inmersos en los vicios, con la falta de Dios en sus corazones y buscando a quien culpar por sus fracasos.
Víctor Martínez al verlos siente pena por no haber podido cumplir su misión, siempre me pregunto ¿por qué algunos triunfaron y otros fracasaron? ¿Qué no hice bien? Como se preguntarán sus padres.
Hoy elevo mis oraciones al Santísimo por las tantas almas descarriadas que andan por el mundo, sin rumbo ni norte, vacías, por no querer darle la oportunidad al Señor de guiar sus pasos por sus sendas de amor. Dios los bendiga.
Hasta la próxima
