REFLEXIONES: Pecado o delito

Hola amigos, ¿qué tal? El miedo a cometer un pecado es una de las sensaciones que acompañan a muchas personas que viven o han vivido la religión muy intensamente. Es muy comprensible que luego de una educación basada en principios y valores morales, cristianos, la mera idea de salirse del esquema establecido, parezca improcedente.
Debe distinguirse un pecado de un delito: el primero decepciona a una deidad, a un ser superior y creador de la vida; el segundo, en cambio, implica el incumplimiento de una serie de normas establecidas por el propio ser humano. Si bien una misma acción puede caer en ambas clasificaciones, si el responsable es una persona religiosa, no solamente deberá pagar la pena que decida un juez, sino que sufrirá por haber faltado a su máxima autoridad, a su Padre, y eso le pesará mucho más que el padecer mundano.
No hay que ser religioso para entender que hay comportamientos y actitudes considerados como pecado, por ejemplo, desperdiciar comida es un pecado, dado que vivimos en un mundo en el que millones de personas mueren de hambre cada minuto; juzgar, criticar, calumniar a otros es pecado; el maltrato a tu pareja o hijos, es pecado, y así existen muchos comportamientos inapropiados, los cuales debemos evitar.
Víctor Martínez te invita a hacer una introspección profunda, para detectar cuales son aquellos comportamientos que están dañando a otros y a ti mismo.
Hasta la próxima.