REFLEXIONES: Las sandalias de Jesús
Hola, amigos, ¿qué tal? En verdad que toda esta pandemia nos ha dejado riquezas espirituales inmensas. Ayer por primera vez en seis meses decidí ponerme zapatos, después de tanto tiempo en chancletas, cross, sentí que me apretaban, me molestaban, me atormentaban. Fue entonces cuando recordé las sandalias de Jesús.
Jesús era un tipo chévere, popular, que no daba importancia a las riquezas, a la vestimenta, a las cosas materiales, Él vivía su día a día y aunque tenía sus metas bien claras y definidas, sabía hacia donde iba.
Sus sandalias fueron hechas por Teófilo un hombre sabio, viejo, enfermo, pero con una visión extraordinaria, siempre supo que esas sandalias pertenecerían a alguien muy especial, no eran de marca, ni especiales, solamente estaban confeccionadas para cubrir los pies de alguien muy amado, que recorrería el mundo entero.
No podían molestarle, ni apretarle, ni atormentarle, Jesús era un hombre que cuidaba de sus pies, lavados de pies, perfumes, aguita caliente y me imagino que sus masajitos para ponerlos en forma. Lo que significa que, si eso eran los pies, cuidaba mucho su cabeza y la tenía bien puesta.
Víctor Martínez al sentir dolor en sus pies, recordó las sandalias de Jesús y fue entonces cuando se preguntó, si tenía su cabeza bien puesta, si sus acciones correspondían a las del Mesías, y si estaba siguiendo sus huellas. Waoo que profundo.
No puedo decir hasta la próxima, sin antes aclarar que no existió el tal Teófilo y que tampoco sé cuáles fueron las manos prodigiosas que calzaron a Jesús.
Hasta la próxima.