REFLEXIONES: Elevemos nuestras intenciones por la familia


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Hola, amigos, ¿qué tal? Se termina el mes de la familia, Víctor Martinez los invita hoy a elevar nuestras intenciones por la familia, al final de cada petición, repitan todos: “Te rogamos óyenos.”
Por nuestra Iglesia Señor, y los hermanos que profesan su fe, de manera diferente, para que seamos un verdadero vínculo familiar, que nos una como verdaderos hermanos en torno a ti.
Te rogamos óyenos.
Por los hombres de la familia, padres, abuelos, tutores, para que sean verdadera cabeza del hogar y nos guíen con su buen ejemplo a la luz del Evangelio, de manera particular por aquellos que se comportan con agresividad y violencia, libéralos del demonio que llevan dentro.
Te rogamos óyenos.
Por nuestras sagradas madres, y las tantas mujeres dignas, que se desviven por nosotros para hacer del hogar un lugar en el que reine la paz y el amor, bendícelas Señor y fortalécelas en el Espíritu.
Te rogamos óyenos.
Por los adolescentes de la familia, para que tengan un encuentro amoroso contigo Señor y descubran que en medio de las tormentas tu siempre los acompaña.
Te rogamos óyenos.
Por los niños de la familia, para que nunca pierdan la alegría y felicidad de tener a sus padres, aún no estén unidos, para que se sientan amados, respetados, tomados en cuenta.
Te rogamos óyenos.
Por nuestros abuelos para que reciban tu protección, tengan mucha salud y nunca se sientan solos cuando tengamos que emprender el vuelo.
Te rogamos óyenos.
Por nuestros tíos, primos, cuñados, padrinos, todos aquellos que forman parte de nuestra familia y que no están presentes, bendícelos dondequiera que se encuentren y protégelos de los males de este mundo.
Te rogamos óyenos.
Por las familias con grandes necesidades emocionales, físicas, económicas, que sufren por carencias y se ven inmersas en la pobreza, por los niños que mueren de hambre, en el mundo.
Te rogamos óyenos.
Por esos miembros de la familia que han partido a la casa del Padre para que Dios los reciba con amor y los tenga en su regazo, y nos de a nosotros la fortaleza necesaria para aceptar su partida.
Te rogamos óyenos.
Te damos gracias Señor y te rogamos acoger nuestras peticiones para que santifiques a nuestras familias y las proteja de los males de este mundo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hasta la próxima.




