REFLEXIONES: Prepárale un camino al Señor

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Hola, amigos, ¿qué tal? El tiempo de adviento ha de ser tiempo de consuelo para los desconsolados, para quienes gritan hablando al corazón de lo humano, pero no llenando el aire de palabras falsas, sin sentido o la mente de fantasías, el consuelo llega desde las palabras de Verdad que tocan el corazón de la vida, el centro neurálgico que da sentido, fuerza y razón a nuestro caminar y a nuestra espera.
Ya es hora de que razonemos un poco con el corazón y no solo con la mente invadida de intereses.
Tal como nos dice el salmo, “La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. Jesucristo es punto de sutura del deseo de Dios y del deseo del hombre. En Él, la misericordia, la justicia, la paz y la fidelidad aúnan los modos de ser y de relacionarnos para que el Reino se instaure y la salvación se abra hueco en el corazón humano.
Una voz grita: en el desierto prepárenle un camino al Señor. No se trata de que haya una voz en el desierto que grite. Se trata de un grito que nos invita a descubrir cómo en los desiertos de nuestras vidas podemos hallar el lugar propicio para preparar el camino del Señor, para tomar conciencia, vaciados de muchas cosas superfluas, de que la gloria habita en nuestro interior pues somos hijos de Dios
Solo este amor desmedido, excesivo para la lógica humana, como el del Padre, puede esperar siempre. “Amar es saber esperar el tiempo que sea necesario”. A nosotros solo se nos pide acrecentar la esperanza desde la confianza en la promesa y fidelidad de Dios.
Víctor Martinez piensa que debemos imitar a Juan como profeta del desierto, ya que nos muestra actitudes fundamentales para nuestro modo de ser como discípulos de Cristo. El huye de las masas, huye de las modas, de lo políticamente correcto, en definitiva, huye de ese perverso arte de querer contentar a todos, aunque sea a costa de vivir un sustituto del Evangelio.
Hasta la próxima.




