REFLEXIONES: El hinduismo

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? El Hinduismo tiene su origen en un grupo de sabios. Sus libros sagrados son los Cuatro Vedas y la Bhagavad Gita. Los hinduistas creen en muchos dioses; el más importante es Brahma. También creen en la reencarnación y en la vida después de la muerte.
Los hinduistas dan culto a sus dioses en templos y en pequeños altares en sus casas. Dos fiestas hinduistas importantes son el Diwali, que celebra la victoria del bien sobre el mal y el festival de Holi, que celebra el año nuevo hindú.
La salvación en el hinduismo consiste en liberarse del ciclo de las reencarnaciones y unirse con Brahman. Para lograrlo, el creyente hindú debe comportarse bien con los demás, con los animales y con la naturaleza. Los buenos comportamientos ayudan a que el espíritu de la persona no vuelva a reencarnarse y, de esta forma, pueda vivir eternamente con Brahman y practicar el yoga, que consiste en un conjunto de técnicas físicas y mentales para encontrar la paz.
En el hinduismo no hay un concepto claro de la salvación. El moksha (liberación de las ataduras del ser infinito y el egocentrismo, y la autorrealización final de la verdad), es la meta de la existencia.
El yoga y la meditación (especialmente el raja-yoga) enseñados por un gurú (maestro religioso) es una forma de lograr el moksha. Otros caminos válidos para lograr el moksha son: el camino de las obras (karma marga), el camino del conocimiento (jnana marga) o el camino del amor y la devoción (bhakti marga). Los hindúes esperan salir en algún momento del ciclo de la reencarnación.
Creen que la ilusión de la existencia personal terminará y se volverán uno con el Dios impersonal.
Para el cristianismo, la salvación es un don de Dios mediante la fe en Jesucristo (Ef. 2:8-10). La creencia en la reencarnación se opone a las enseñanzas de la Biblia (Heb. 9:27). La esperanza cristiana de vida eterna implica que todos aquellos que verdaderamente creen en Cristo no sólo tendrán una existencia personal, sino una camaradería personal con Dios. Es imposible ganarse la propia salvación mediante las buenas obras (Tito 3:3-7). Las obras y ejercicios religiosos no pueden salvar (Mt. 7:22-23; Rom. 9:32; Gál. 2:16; Ef. 2:8-9).
Víctor Martínez quiere dejar bien claro que haciendo obras de caridad y metidos en la Iglesia no es que nos vamos a salvar, tenemos que hacer la voluntad del Padre en todo, comportándonos según sus designios.
Hasta la próxima.