Eso fue un sabotaje, un acto terrorista, no un hecho vandalismo

Penetrar a las áreas restringidas de una propiedad del Estado, puede ser un acto vandálico en República Dominicana, simple razonamiento.
Introducirse en Estados Unidos a cualquier instalación federal, es terrorismo, al margen que un experto del derecho trate de escudarse en lo que muchos juristas atribuyen a la intención del legislador.
La seguridad del Estado, en el cien por ciento de los casos, está formada en Norteamérica, algunos cursillos en Israel, y hasta es posible, haya sido enviada a afinar el olfato a otros lugares, como Colombia, pero siempre bajo la supervisión del ojo del águila.
El cortocircuito ha entrado a formar parte de un lenguaje que valora a sus iguales como topos (con el perdón del extraño roedor), mientras la gente se pregunta, ¿habrá hecho la seguridad del Estado, la misma historieta al presidente de la República?
¿Se repitió la historia de Villa Altagracia con una historieta que ni su autor se lo creyó?

Aún se trabaja en el maquillaje de lo que sería la otra explicación del acto vandálico o cortocircuito en el aeropuerto que forzó el desvío de 15 vuelos, que de seguro transportaban turistas.
El muñeco que se intentó montar en pleno proceso electoral, se derrumbó desde que expertos metieron las narices, y el actual presidente, disfruta de excelente memoria.
Dar tres versiones distintas, cuando todo el mundo sabe que lo que hubo en el AILA fue un sabotaje, un acto de terrorismo, pone en dudas la capacidad de los organismos de seguridad.
Ahora la gente se pregunta, ¿hay seguridad en el AILA? ¿Desaparecieron las cámaras de seguridad? ¿Dónde estaba el personal encargado de vigilar las cámaras de seguridad por si sucedía algo algo raro como, realmente ocurrió? ¿Y en el AILA, no hay drones para vigilar las áreas restringidas?
La verdad es que el sabotaje del AILA, que dejó ver la débil seguridad nacional, hizo olvidar la Operación Coral, donde están implicados poderosos militares del gobierno de Danilo Medina; el escándalo del diputado del PRM, acusa de narcotraficante; la corrupción en la Lotería, donde está involucrado un funcionario nombrado por Luis Abinader; las reuniones de Alameda, donde se dice hubo conspiración, y hasta las cosas desagradables que se comentan sobre el Ministerio de Educación.
Aunque le pique a quien le pique, el blanco de lo que ocurrió en el AILA fue el turismo, fue una acción dirigida a dañar la imagen de la República Dominicana, y eso merece una contundente respuesta, para que otros terroristas no transiten por esa peligrosa vía.



