REFLEXIONES: El Grito de los Adolescentes

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? He hablado mucho de la adolescencia y existen muchos tratados acerca del tema, sin embargo, los padres seguimos cometiendo los mismos errores con nuestros hijos, definitivamente que los grandes culpables de que ellos sean como son, somos nosotros.
Ya nadie puede decir que es una etapa difícil, que no sabe cómo manejarla, pues es este el tema más discutido y hoy existen innumerables profesionales de la conducta listos para brindar las orientaciones de lugar.
Lo que pasa es que quienes necesitan ayuda generalmente son los padres y no lo quieren reconocer, ellos son los que asumen posiciones cómodas, quienes le abren guerra a sus hijos, los desafían y los desesperan, quienes los consienten cuando son niños, siendo muy permisivos para luego quererlos someter cuando son adolescentes, son padres apoyadores, que le celebran lo que no deben, le aplauden travesuras, le refuerzan el machismo frente a sus comportamientos con las chicas, le quieren vender a las hembras un puritanismo que ni ellos mismos lo han practicado y lo que es peor aún, quieren educarlos sin fe, ni temor de Dios, ni principios, ni valores cristianos.
Dice la Palabra de Dios en Colosenses 3:21 “Padres no provoquen la ira de sus hijos, para que no se desanimen”, ¿saben ustedes que les está diciendo el Señor? Eviten que se depriman, se desesperen, se sientan solos, por la falta de amor, de tiempo, de comprensión, para que la depresión no los vaya a llevar al suicidio.
Hoy nuestros adolescentes están más afectados que nunca y que nadie, con el encerramiento y este nuevo estilo de vida que les ha tocado vivir, Víctor Martínez les sugiere a los padres sensatez, inteligencia, dejen de guerrear con sus hijos, de desafiarlos, pidan a Dios sabiduría divina, discernimiento, paciencia para conducirlos y conviértanse en sus aliados, para que luego no tengan que llorar lágrimas amargas. Busquen ayuda con un profesional de la conducta.
Esta reflexión inspirada por el Espíritu Santo se la dedico a los tantos adolescentes que me piden ayudas y orientaciones escondidos de sus padres. ¿Por qué será?
Dios bendiga y proteja a nuestros adolescentes.
Hasta la próxima.




