El regidor de Higüey ¿vocero de los corruptos?
La explosión de honestidad para el regidor de Higüey es la segunda parte (aunque más real) a la composición «El Funcionario», de Wilfrido Vargas.
Así está diseñada la administración pública. Recuerden el caso de un altísimo funcionario de Interior y Policía, el de los regidores de Santo Domingo Este, el funcionario vendedor de empleos, en Salud Pública, el escándalo del Ministerio de la Juventud y el lote en Edenorte. ¿Algunos sometidos a la justicia?
Con ligerísimas excepciones, van al Estado a servirse, no a servir, pues tal y como afirmó el regidor, él no es la Madre de Calcuta, y si les ofrecen…
Evidentemente, existen áreas de la presente administración, donde algunos servidores buscan resolver su situación económica personal, sin esperar a que sea la propia administración quien despoje al Estado (300 mil a los legisladores como regalos de madres).
La existencia de rateros suele ser engendro de la falta de oportunidades a un cierto nivel que imposibilite la existencia de un abogado escrupuloso. ¿Se inserta aquí el acto de sabotaje y/o terrorismo o vandalismo, del Aeropuerto Las Américas?
Antes de que el regidor Leonte Torres se autoproclamara “corrupto”, otros carecieron del valor para revelar a qué fueron a la administración pública, y la doctora Milagros Ortiz Bosch, directora de Ética e Integridad Gubernamental, sabe que existe desesperación entre muchos (Popi y otros descalzos), por buscar lo que entienden suyos, ordeñando la vaca nacional.
