REFLEXIONES: Hay que querer a todo el mundo

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Desde muy temprana edad aprendí que hay que querer a todo el mundo, sin importar lo que te digan, lo que te hagan, lo que te desprecien, quiere mucho, de todas formas.
Cuando era niño era mal estudiante y mis compañeros me hacían mucho bullying, eso tuvo un alto costo emocional para mí, se suponía que yo era el más bruto de la clase, sin embargo, no les guardé rencor y siempre los quise mucho, es más los esperé en la vida, y así fue.
Algunos terminaron con un hijo con serias dificultades académicas y conductuales y vinieron en busca de mi prestigioso colegio para que les ayudara, otros se acercaron en busca de ayuda matrimonial y hasta cuando la enfermedad ha tocado las puertas de algunos, llevando situaciones tristes, ahí he estado consolando.
No he sido el mejor diácono, ni psicólogo, ni fui el mejor director de escuela, sé que eso comentan muchos, pero no importa, siempre he tratado de ser el mejor amigo, de acoger a quienes me necesitan con cariño, de dar apoyo, de ser solidario, de ayudar, en fin, de querer a todo el mundo.
He tenido que crecer entre gente de Iglesia, ambiente en el que siempre me he desarrollado, y aún aquí he sufrido por los chismes, censuras, juicios, de los mismos hermanos que se reúnen a orar con uno, los santos y puritanos, los que no se equivocan pero no tiran la primera piedra, y todo porque te siguen la vida, siempre fijándose en con quien andas, para deducir quién eres. Pobre Jesús que vino a salvar a los pecadores y siempre andaba con personas de poca reputación.
No puedo negar que es duro, muchas veces duele, la censura, la calumnia, el juicio, la crítica, pero ni modo Jesús era Dios y no todo el mundo lo quiso, hasta lo crucificaron.
Sin embargo, yo que soy un indigno siervo de Dios, muy pecador, porque santo no soy, lo he dicho siempre, que vivo luchando contra las tentaciones y trato de hacer bien hasta más no poder, solo me resta perdonar a quienes me han querido dañar, claro primero pido yo perdón a quienes he herido o lastimado.
Víctor Martínez continúa con su propósito firme de querer a todo el mundo, sin importar.
Hasta la próxima.