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El asesinato de Moïse, un crimen inspirado por la ambición política

Desde un primer momento, Claude Joseph ha encabezado la lista de los potenciales implicados en el asesinato del presidente Juvenel Moïse. Incluso, se dice que el autoproclamado primer ministro Claude Joseph presenció la tortura al asesinado mandatario e incluso, hasta el momento en que le sacaron los ojos.

Aunque el informativo Caracol utiliza declaraciones de tres detenidos, es importante destacar que el pasado 7 de julio, fecha del magnicidio de Moïse, Joseph tenía más de 36 horas de haber sido destituido por el hoy fenecido mandatario.

Claude Joseph

Si ya había sido sustituido como primer ministro y Ariel Henry puesto en su lugar, ¿por qué a esa hora de la madrugada estaba Joseph en compañía del primer ejecutivo (según lo que se comenta en Haití)? ¿Ya sabía que en minutos Moïse sería difunto?
Lógicamente, las revelaciones de noticias Caracol provienen de una altísima fuente de inteligencia y podría un contacto con la CIA.

Sin embargo, Estados Unidos, la ONU y otras entidades han hecho de un potencial responsable del magnicidio de Juvenel Moïse, una figura especial.
¿Recuerdan lo dicho por el profesor Juan Bosch?: «Más dura una cucaracha en un gallinero que un golpe de Estado y si duró, fue porque las gallinas americanas no comen cucarachas, dijo Juan Bosch.

En cualquier encuentro político en Estados Unidos (en especial, Miami y Nueva York), el olfato de la inteligencia llega primero que a la cadena Caracol.

La prensa haitiana, también la francesa, informan que en RD se cocinó el encuentro para el magnicidio en Haití, sin embargo, pese a que implica a la nación, el jefe de la policía haitiana se guardó valiosas informaciones ¿? donde él mismo figura entre los potenciales sospechosos.

Aflora la posibilidad de una primera fase para que Haití, en agosto, nuevas luces alumbran al otro lado del Masacre, pese al último comunicado de la Policía de Haití, indicando que el magnicidio se planificó en RD, esto, mientras limpia a Claude Joseph.

Definitivamente, en Haití todos son sospechosos.

 

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