REFLEXIONES: Encuentro con Freddy Ginebra
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Me encontraba disfrutando de una hermosa boda, cuando desde lejos alcanzo a ver a Santa Claus, no por la barba blanca, sino por la extraordinaria capacidad de repartir amor a todo el mundo, con su eterna carcajada, ni más ni menos que Freddy Ginebra.
Compartíamos en la misma parroquia Divina Providencia, por varios años, un día después de predicar Freddy me dio un abrazo y me dijo: “eres mi diácono preferido”, ese día se selló nuestra amistad.
Al encontrarlo en la boda y saludarlo, después de algunos años sin vernos, yo intento decirle quien soy, por eso de que estamos maduritos, y para mi sorpresa esa mente es de muchachito.
Luego de intercambiar algunas palabras le presenté a mi hija Dashira, a lo que respondió ¿y esa es hija tuya?
Veíamos bailar a la juventud, una música no de nuestros tiempos, y claro los comentarios eran los apropiados.
Gracias a Dios Freddy y yo hemos tenido siempre un gran carisma para con los jóvenes, lo que nos hace tener un sentido de comprensión y aceptación extraordinarios hacia ellos.
En un momento mencionamos a nuestro párroco EPD, admiramos los detalles de la boda, salimos afuera pues el llamaría para que lo vinieran a buscar y yo con cautela lo observaba por si necesitaba mi apoyo, con el celular, sorpresa me llevé, ese tíguere maneja ese WS y esas redes mejor que yo.
Víctor Martínez da gracias, hoy, querido amigo, por haberte encontrado, tú como siempre, jocoso, simpático, amoroso, acogedor y repartiendo mucho amor.
Dios te bendiga, mi hermano. Hasta la próxima.
