REFLEXIONES: No dejes de ayudar
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Vivimos en un mundo de tanta maldad que la mayoría de la gente ha quedado con una desconfianza hacia el otro que raya en la paranoia, y es que todos los extremos son malos.
Antes vivíamos en un mundo de tanta camadería, donde compartíamos, nos tratábamos todos como familia y no sabíamos dónde estaba el límite que dividía los sentimientos entre los amigos.
Esto nos demuestra el deterioro de los valores y principios cristianos que a través de los años han venido aconteciendo en la sociedad.
Si te miro fijamente y con profundidad tratando de leer y escuchar las fibras de tu alma, piensas que soy un mirón que te está acosando, si expreso palabras bellas de estímulo y de aliento y trato de levantar tu autoestima lacerada, piensas que me paso de la raya, si te doy un fuerte abrazo, te acaricio o trato de transmitirte energías a sabiendas de que estas mal, muy mal, piensas que me aprovecho y con razón, pues son muchos los oportunistas que tienen maldad en su corazón.
Antes llevar una flor en la mano o enviarla a la casa de una amiga era tan hermoso, sublime, fino, hoy debes tener cuidado para que no se malinterpreten las cosas.
Hemos perdido tantos detalles hermosos, por evitar; ser muy atento, cordial, buscar al otro, invitarle, genera comentarios: “¿Qué será lo que quiere fulano?”
Si te brindas a ayudar a alguien ofreciéndole cualquier servicio sin ningún costo, “ten cuidado, tanta amabilidad me confunde”, así está el mundo.
Víctor Martínez se apena cuando alguien se equivoca, mal interpreta cualquier situación o emite juicios inapropiados, sin embargo, ese es el mundo, siempre debes continuar sirviendo y ayudando, sin importar el qué dirán, pues como quiera hablan.
Hasta la próxima.
