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Operación Coral 5G preñada de delfines

Escuché a un cobrador de guardas decir que abriendo la única puerta de su casa, al salir con 100 pesos para comprarse una sopa de sobres, fue apresado por los «topos» y acusado de ser un narco, aunque liberado al darse cuenta era un hombre de trabajo.

En contraste, un individuo de poder llevó un saco de dinero en efectivo a un banco ¿en La Vega? sin que la entidad investigara la procedencia, y nadie ignora que hasta mil pesos que deposite un trabajador se hace sujeto de investigación.

Así también observamos el ahogamiento de una funcionaria bancaria, en la avenida Venezuela, municipio Santo Domingo Este (SDE), donde no resistió sobrevivir en agua corrupta luego de ser ¿arrastrada? por delfines.

Únicamente la Procuraduría Especializada en la Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA) es el instrumento persecutoria del delito que ha puesto el índice sobre quienes resulten beneficiarios, defraudando al Estado.

Además, algunos turpenes que aún añoran el pasado en «repúblicas bananeras» habrían dicho «no se metan con los guardias».

Como se puede apreciar, las manzanas podridas apuestan a que las que no están dañadas metan las manos en el fuego para salvarlas.

De lo que se trata es de una poderosa red que defraudó a la propia Fuerzas Armadas, entidad cuyos investigadores no olfatearon el olor podrido en sus entornos.

Y como siempre hay una primera vez, el país aspira a un castigo ejemplar para quienes han traicionado a sus instituciones, y sobre todo, al Estado.

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