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REFLEXIONES: Mami, soy gay

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Hola amigos, ¿qué tal? Una madre muy preocupada me preguntaba qué hacer con su hijo quien le dijo que quería ser gay.

Lo primero que tenemos que ver es la edad del niño o adolescente, pues insisto en que ningún menor puede decir que es gay hasta no ser adulto y madurar, pues en esa edad en que se está creciendo y madurando es muy normal que los cambios hormonales, sexuales, mentales y físicos los confundan al no saber bien qué es lo que quieren.

Sin embargo, sugiero no tapar el sol con un dedo saliéndole huyendo al problema, sin prestarle atención.

Lo segundo es que ser gay no es una opción, de que quiero ser, es una tendencia marcada, una preferencia sexual que podría estar esbozándose desde temprana edad en tu hijo o hija y de la misma manera debes buscar ayuda.

Lo tercero es no esconderlo al padre, como hacen la mayoría de las madres, este es un asunto que debe enfrentar toda la familia, sin alterarse, ni deprimirse, ni escandalizarse, con naturalidad y tranquilidad.

Mucho cuidado con rechazar a tu hijo o amenazar, tienes que darle apoyo en lo que sea, olvídese de la sociedad, del qué dirán, en todos los hogares se cuecen habas, como dice el refrán, suelte y libere, que a usted nadie lo mantiene, no margine a su hijo, busque apoyo y genere aceptación y mucho respeto hacia él o ella.

Debe elegir un terapeuta que lo oriente y lo guie en este proceso, no que le prometa que lo va a cambiar. Es importante no hacerlo público entre familiares y amigos, pues dada la edad sus preferencias pueden cambiar significativamente, sobre todo porque ahora todos dicen ser bisexuales.

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No quiera meterle miedo con Dios, deje al Señor tranquilo, además si usted no sembró principios y valores morales, religiosos en su hogar desde temprana edad, no quiera venir ahora a implementar una evangelización al vapor, su preferencia no tiene nada que ver con su conversión.

Víctor Martínez piensa que cuando hay base moral y principios cristianos, fomentados con una espiritualidad sólida desde temprana edad, todo esto es manejable con dignidad y una dimensión que trasciende, llevando a nuestros hijos a ser felices y sentirse amados, sin importar sus inclinaciones.

Ser gay, no es necesariamente ser promiscuo, inmoral, perverso, es ser un hijo de Dios igual que tú, con sentimientos muy nobles, íntegro, y capaz de triunfar y ser exitoso. Acéptalo con amor.

Hasta la próxima.

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