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Mataron a Guido Gil hace 55 años

Rastrear un crimen que se origina a la sombra del oficialismo suele resultar cuesta arriba desde la grada opositora.

El 17 de enero de 1967, el abogado y periodista Guido Gil fue apresado en La Romana e inmediatamente, desde las alturas del gobierno del doctor Joaquín Balaguer, se ordenó al entonces comandante policial de esa ciudad, teniente coronel Simón Tadeo Guerrero, su puesta en libertad.

Como era lógico, se cumplió la doble orden. Fue dejado libre, pero de inmediato, reapresado en las proximidades del puente Higuano, en San Pedro de Macorís, en donde el Servicio Secreto se ocupó del trabajo sucio.

Por tratarse de un militante de calibre, Guido Gil habría sido destinado a La Romana que, en ese momento la empresa azucarera enfrentaba al poderoso sindicato Unidos ¿asesorado? por el destacado periodista, en esa época.

¿Quién sugirió quitar el clavito en el zapato de la industria azucarera privada de capital norteamericano? ¡Imagina, adivinador!

¿Se investigó la desaparición del doctor Guido Gil?

Naturalmente, los mismos expertos policiales que realizaron el trabajo sucio, se auto investigaron, pero no encontraron culpables.

¿Cuántos años van desde la desaparición y/o asesinado del doctor Guido Gil?

Dr. Guido Gil, asesinado el 17 de enero de 1967.

Van 55 años. Pero el tiempo no libera a los ejecutores, materiales e intelectuales de Guido Gil, aunque ellos estén muertos ¿en la paz del santo hogar?

Ahora, que la Procuraduría de la República es ¡independiente! sería importante que se investigue el crimen del doctor Guido Gil para que los culpables, mencionados por el rumor público, sean localizados, investigados y procesados, aunque la mayoría, han muerto, pero que se condenen post mortem, entre ellos el más mencionado de todos, el entonces coronel Tadeo Guerrero.

Es tarea del Ministerio Público establecer, aunque sabemos que es algo, prácticamente imposible, ¿quién llamó pa¬ra dar la orden siniestra de la ejecución del doctor Guido Gil?

Unos dicen que esa orden salió del Palacio Nacional. Otros sostienen que de una empresa privada extranjera, pero la realidad es que el crimen recayó sobre Tadeo Guerrero, quien era el jefe policial en La Romana.

Pero, la realidad es que el propio Tadeo Guerrero, en una ocasión, hablando personalmente con el autor de esta columna, se declaró inocente e incluso nos gritó: ¡Coño, tu sabes que no fui yo!

Agregando, en una conversación privada, en una casa de veraneo de Juan Dolio, el otrora poderoso coronel en tiempo de Balaguer nos manifestó: “Aquí todo el mundo sabe de dónde impartió la orden de ese asesinato”.

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