REFLEXIONES: Amores de adolescentes

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Hoy es sábado, el mensaje va dirigido a los jóvenes. Por ser la adolescencia una etapa de grandes cambios hormonales, físicos, mentales, emocionales, espirituales, es por lo que sus pensamientos, preferencias, decisiones, son tan cambiantes, de hecho, elegir una carrera universitaria es motivo de grandes conflictos internos para muchos.
Si a todo esto se agrega que provienen de un hogar en el que la inestabilidad, la desorganización, la falta de paz y todo lo que generan los conflictos o tener padres con personalidades desajustadas, ya sabemos lo que les espera a nuestros chicos y chicas.
Las relaciones amorosas no están exentas de todo esto, es esta la razón por la que hoy te puede gustar un chico o chica y mañana otro, es normal, por eso no deben tomarse las relaciones tan en serio, ni se le debe dar tanto carácter.
Existen padres que hasta establecen la edad en que se puede tener unos amoríos sobre todo a las niñas, resultando esto algo ridículo, pues al final nuestros hijos cuando se enamoran, se les importa lo que piensen los padres, y lo van a tener a escondidas, resultando esto de mayor cuidado.
Es más, como está este mundo ahora, cualquiera debería querer que sus hijos le muestren a tiempo sus preferencias sexuales, para ayudarlos y apoyarlos a tiempo.
Jóvenes enamórense, vivan sus relaciones de manera sana, con castidad, esto los ayuda a crecer, a madurar, a definirse, es normal que sientan atracción y díganselo a sus padres, aunque digan lo que sea, ustedes nunca deben mentirles.
Recuerdo a una madre muy preocupada por que su hija tenía muy baja autoestima, y como le prohibía tener sus amoríos, mi recomendación inmediata fue: “déjela tranquila que tenga su amor y usted verá cómo va a cambiar todo”.
Vivan las parejitas de adolescentes, que aprendan desde temprano a conocer el amor y si no logras tener un amorío, no te frustres, cógelo suave, eso llega, no importa, ten fe y confía en Dios, que te tiene guardada tu sorpresa, repite siempre: “todo al tiempo de Dios”, y suelta eso.
Hasta la próxima.