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REFLEXIONES: Jóvenes desorientados y tristes

  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Sé que muchos jóvenes han estado caminando junto a mí, he invitado de manera personal a algunos para que vivan esta maravillosa experiencia de su transformación espiritual.

Como siempre, algunos no atendieron al llamado, otros han sido fieles acompañantes en el proceso de caminar junto a mí todos estos días, en busca de su felicidad y santidad.

El Señor los instruyó y muchos han comprendido, todos los males que han estado al acecho de ellos, para arruinar sus vidas y llevarlos por mal camino, como nos dice Jeremías 11.

Pero aún estamos a tiempo, para elevar nuestras oraciones, tal como lo dice el salmo 7: “Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame, que no me atrapen como leones y me desgarren sin remedio”, pues es eso lo que hace el mundo con los jóvenes, los vicios, las perversiones, la maldad, los atrapan y los desgarran, quitándoles los deseos de vivir, confundiéndolos, llevándolos a las adicciones, a aislarse y no querer socializar.

Hoy mientras caminamos, jóvenes, Víctor Martínez les dice como san Juan 7, no se dejen embaucar, enredar, engañar, no se desenfoquen, mantengan su mirada fija en el Señor, yo les garantizo que, si se dejan conducir, si obedecen a los designios del Padre, la vida les va a ser muy diferente.

Ojalá esta sea una Semana Santa diferente, en la que ustedes se alejen de todo lo que les pueda hacer caer en el pecado, es más, los invito a no encender durante toda la semana las pantallas, a abandonar las redes, dejar a un lado hasta los celulares, duerman, hagan mucho ejercicio, descansen mentalmente, hagan cosas diferentes, visiten casas de ancianos, hagan obras de caridad, léanle unas páginas cada día al abuelo o abuela compartiendo con ellos, asuman una actitud amorosa con sus hermanos y padres, cero drogas, nada de fumar, ni beber, ni pornografía, abran sus corazones a Dios, limpien su morada interna y permitan que el Espíritu Santo los inunde con su presencia.

Esto para quienes desean dejar de sentir vacío, soledad, depresión, ansiedad, estrés, abandono, desorientación. Al final del camino podrán proclamar a los cuatro vientos la gran felicidad que sentirán.

Hasta la próxima.

 

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